Según la Unicef el acoso escolar se define como “la conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada”. Es un comportamiento agresivo que produce efectos duraderos en las víctimas; incluyendo problemas emocionales y físicos.

El acoso escolar es un tipo de violencia que continúa siendo invisibilizado, ya que se lo ha catalogado como “cosas de niños” o situaciones aparentemente “inofensivas”. Desde usar gafas, brackets, el tipo de cuerpo, color de piel o incluso el apellido ha sido causa de burlas en los salones de clase.

En Ecuador según la investigación: “Una mirada en profundidad al acoso escolar en Ecuador” alrededor del 60% de alumnos en algún momento de su vida educativa han sido víctimas de violencia por parte de sus compañeros. El estudio también arroja cifras alarmantes que dictan que 2 de cada 10 estudiantes entre los 11 y 18 años han sufrido acoso escolar; y el 25% sufrió algún tipo de bullying más de tres veces en el último quimestre.

Prevención, intervención y actuación

El Ministerio de Educación del Ecuador cuenta con rutas y protocolos que buscan intervenir de forma inmediata cualquier acto de violencia detectadas o cometidas en el sistema educativo.

Frente a un acto de violencia como el acoso escolar el primer departamento de contacto sería el Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) quienes garantizarán el cumplimiento de las siguientes acciones en favor del grupo de estudiantes. La institución educativa posterior a la denuncia o detección de un caso específico deberá:

• Proteger a quien haya denunciado un hecho de violencia.
• Mantener la confidencialidad que el caso amerita, con mayor énfasis en situaciones de violencia sexual.
• Velar por la integridad física y psicológica del grupo de estudiantes involucrado en el hecho de violencia.
• En casos de violencia entre pares, intervenir con quienes presenciaron el hecho, ya que su indiferencia, en muchos casos, puede reforzar la actitud de la persona agresora.
• Trabajar de manera específica con aquellos niños, niñas o adolescentes en los que se haya identificado actitudes violentas o de acoso a otras personas (MINEDUC, 2022).

Soy docente, ¿qué debo hacer para prevenir el acoso escolar en el aula?

Es necesario que el docente ayude a sus alumnos a entender el acoso. Puede explicarles con ejemplificaciones cómo se da este tipo de violencia y qué podría pasar si los niños y niñas se guardan esta vivencia.

También es necesario que el docente mantenga abiertas las líneas de comunicación con los menores. Generar una ronda de preguntas a cada uno o comunicar a los estudiantes que cuentan con unos minutos de su tiempo para contarles las situaciones que los incomodan. Estas acciones permitirán detectar a tiempo cualquier conducta violenta.

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